
En la santa fe
de los vestidores
Te llamaban así
Amilcar le había
Regalado la blusa
pa quitársela
El enemigo
era un tipo
que se subía
al ring a birlarlela
comida a los pibes
Morochos
y sabaleros
ahumados
y Diáfanos
derredor
del pingüino
Una calor pesada
pegándole a las axilas
El aliento rubio
Y las manos de ella
experta en logaritmos y agites
en eso de enredarse
Entre los coordinantes
de un poema
que no pretendia serlo
Refiriéndose
repetidas veces
hasta el gollete
Preguntale
cuanto
te queda?
después de todo
la muerte es esto
de creer en nos
pasarnos y
repasarnos
en la rosca
chequear
las uniones
y hendidas
parchar mimi
Casi dormís
Casi tumbas
al ángel mas
dañino del bajo
con la mirada esquiva
Se finiche.
Cuarentenas
y chichones
mejunjes de razones
refalozas
lo entendes?
Las venas
del hemisferio
Magullado
chasquean
como el elástico
de una bombacha